Jardín De Helen

Desde el primer momento en que pisé este jardín, supe que tenía una historia que contar.
La dueña de casa renovaba su barbacoa y de ello surgió la necesidad de darle nueva vida al exterior.
Había algo mágico en ese lugar.

Uno de los elementos que más nos inspiró fue la antigua puerta de hierro, una verdadera joya del 1900. No tenía soldaduras, solo remaches. Una muestra del trabajo artesanal de otra época. Sabíamos que debía ser el alma del nuevo diseño, un punto focal que conectara el pasado con el presente.

Una imponente enredadera Parthenocissus tricuspidata cubre una gran pared, marcando el ritmo de las estaciones. En otoño, su follaje se enciende en tonos rojizos, tiñendo el espacio de calidez y carácter. Para acompañar esa belleza natural, creamos una doble caminería que lleva al fondo del jardín, con dos semicírculos laterales que invitan a detenerse, sentarse y simplemente disfrutar.

El toque más especial vino con la incorporación de una huerta de flores comestibles y la plantación de cerezos en flor, que en primavera transforman el jardín en un espectáculo de color. Y ahí, como testigo silencioso de los años, una majestuosa morera ofrece sus frutos, que la dueña de casa recoge con cariño para sus recetas más especiales.
Este jardín no solo se renovó; encontró su propósito. Hoy es un espacio vivo, donde cada elemento tiene una historia, cada rincón invita a ser disfrutado y cada detalle habla del amor por la naturaleza y el tiempo bien aprovechado.

© Copyright / www.estudiololacapurro.com